Apr 1, 2007

Valores con jet lag

Valores con jet lag.

Hay temas que para frecuentarlos es mejor haberlos escrutado de raíz y catado a gusto el sabor de la tierra, sabiendo que de la freza no todo es mierda.

Año 1996, por entonces, explotaba un negocio hostelero al que a falta de matices, le debo la saludable popularidad de mi alopecia, y el sabor de la almeja babosa al natural gracias a un cliente que tenía por costumbre la nevera ajena y el póquer en general.

Era un hombre de rienda suelta, prefería darle dos o tres vueltas a la ginebra antes de mirarme a la cara como si a sus palabras le atizara la saliva el ácido efervescente de la tónica. Especulaba con precisión, dejándose notar cierta nostalgia de los años transitados por aquella adolescencia, donde los mensajes lograban el papel, y la cartera no podía ocultar el corazón. Dió de lleno una tarde, después de conocer que a un chiquillo se lo habían llevado pies por delante de un bar cercano por culpa de una pelotera digna de avergonzar a cualquiera, hecho totalmente previsible, cada vez más frecuente y huérfano de la mirada adulta; la diferencia entre nuestra adolescencia y ésta, es que nosotros no tuvimos tiempo para tenerla. A tal sensatez no tuve más remedio que provocarle otra copa, siempre con la sensación de que sus argumentos no padecían de ninguna contaminación observable, si no unas ganas de comprender lo que comenzaba a pronosticar, como quien dice, hace dos días.

Templamos el hallazgo y tratamos con propios y extraños de que el camino que la juventud en ese momento estaba trazando era cuanto menos desalentador. Como profesionales a ambos lados del mostrador, percibíamos el riesgo que conlleva un consumo vertiginoso de bebidas alcohólicas, descontrolado y que sólo respondía al siempre malcontento deseo adolescente.

Después de todo aquello, -punto de inicio de este género de ocio-, aquellas palpitaciones no hicieron mas que progresar en el sentido mencionado por el augur.
Los titulares de la prensa local hastían el café y la mañana comienza con mal gusto.

Un sobreinterpretado Sr. Cuesta, representante de un combinado vecinal, manifestaba la necesidad de reubicar la escena dantesca adolescente en otro emplazamiento, siendo ésta una más que genial idea mudable a otros acontecimientos culturales como el acto que reconstruye la batalla de Elviña que, indudablemente, se vería favorecida en el subsuelo de Mª Pita y con el aturdido cameo de la misma , sin duda, ejemplarizante paradigma adulto resuelto sin desgreñarse.

Ciertas tendencias reservadas antaño a los arrabales de las ciudades y a la propia vergüenza ajena del personal, actualmente se escenifican en las proximidades de los locales nocturnos sea cual sea su emplazamiento, los cuales pagan sus impuestos y se rigen por normas y obligaciones. La calle parece ser destino del libre arbitrio y los negocios albergan la jarana juvenil gratuitamente. Poco razonables son los argumentos de los que se sirven los jóvenes para hacernos comprender que este acto está más que justificado . Para uno que sabe de la noche algo más que el tacto del pijama de franela, estos argumentos no sólo son falsos si no que solamente responden a una cuestión, melopea a bajo coste y poder ejercitar el hígado tantos días como albergan las palabras fin de semana, una simple división de emolumentos.



Después de todo este tiempo observando de cerca el fenómeno, resulta cuanto menos ridículo que se cuestione que la libertad de un menor de edad se vea quebrantada por la aplicación de corduras que garanticen el acceso a la edad adulta de forma razonable, y no dejando que resuelva asuntos tan importantes como éstos a su soberano entendimiento. Un reciente estudio de la F.A.D sobre “juventud, valores, drogas” en uno de sus puntos dice: “menos de 2 de cada 10 jóvenes atribuyen a sus coetáneos rasgos positivos como responsabilidad, solidaridad, madurez, honradez, tolerancia o lealtad”. Los 8 y pico restantes debieron ser encuestados sin tomar en cuenta que hasta mediada la semana, las mejillas arden y los ojos evocan a las atrayentes bolas de electricidad estática.

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